Josué Campos, maestro de
fotógrafos
y leyenda del fotoperiodismo portugueseño
La mirada sabia de uno de las más grandes reporteros gráficos de Portuguesa Josué Campos |
Nace en la hermana república de Colombia hace ya varios lustros de donde huye a muy temprana edad a causa de la guerrilla a la que le juega una camonina y escapa estando reclutado y llega a Táchira por los caminos verdes. Ya en tierras tachirense busca a hermana que residía allí le cuenta lo sucedido y se queda trabajando a destajo o de toredo.
Allí hace de todo para ganarse
la vida. Un buen día le dice a su hermana que él se iba para Caracas, donde
suponía que habían más oportunidades de trabajo para él y se marcha. Al llegar
a Caracas busca una residencia y se hospeda, en el lugar había muchos
estudiantes residenciados.
En Caracas comenzó a buscar
trabajo y consiguió como ayudante de un fotógrafo al que le cargaba el pesado
equipo y una maleta llena de placas, así comenzó Josué Campos en el mundo de lo
que sería años después su gran pasión la fotografía. En este trabajo con su
jefe le iba enseñando el oficio con la finalidad de sacarle más provecho a su
trabajo. Un día le entrega la pesada Leica para que hiciera unas tomas y se
sorprendió al ver que el portento de muchacho ya lograba captar buenas imágenes
y de paso se dio cuenta que tenía buen ojo para ello y le aumenta el sueldo
para que también lo ayudara a tomar fotografía; ya comenzaba a dar los pasos
que lo llevarían a convertirse en fotógrafo profesional.
Trabajo en el periódico
Ultimas Noticias donde le pagaban por fotografía publicada ya que no era
fotógrafo fijo. Así duro varios años y matando tigre en las grandes veladas
sociales capitalinas donde se veían los lamparazos de los flash en las oscuras
noches caraqueñas.
Por cosas del destino y por
una mala jugada de un estudiante cayó preso por la Seguridad Nacional, gracias
a un periódico de izquierda que consiguieron debajo de su colchón de la cama
donde el dormía y le echaron el muerto a él. Varios meses estuvo metido en los
fríos calabozos de la SN, donde sufrió en carne propia la crueldad y los
maltratos físicos a los que eran expuesto los presos políticos de esa época de
dictadura venezolana, la perejimenista que desde el 48 hasta el 58 gobernó a
ultranza a Venezuela.
Gracias a las diligencia de
un amigo pudo salir en libertad, más desgarbado
de lo que era, los pantalones se le caían de lo flaco que estaba por la
falta de comida a tiempo y a los castigos a los que fue exigido. Antes de salir fue amenazado por los agentes
de seguridad del estado, que si decía algo de lo que le habían hecho lo
buscarían nuevamente y lo deportarían con los pies para adelante a Colombia. Se
fue sin mirar atrás, cogió lo poco que le dieron y camino sin rumbo por
Caracas, las personas de daban plata como si fuera un limosnero, pero la
vestimenta así lo hacía parecer. Las ayudas las
agarraba con lágrimas en sus ojos, al ver la bondad de sus coterráneos.
Comió y se fue a la residencia a buscar lo que allí le había quedado y se
regresó a San Cristóbal.
Josué Hernando Campos |
La faceta que nadie conocía de Campos, ciclista en sus ratos de ocio, con Nicolás Valderrama |
Estando en tierras
tachirense ya con una nueva profesión a media aún le faltaba aprender mucho,
también hizo de jefe de gira de un artista vocalista al que le conseguía
contrato, Campos es un habilidoso a la hora de hablar y de esa forma logro que
este popular cantante se ganara unos churupos y él también ganaba.
Le pico el pie nuevamente y
se traslada a Portuguesa donde llega en el 59. Conoce al fotógrafo Giménez
quien lo contrata como muchacho de limpieza, pero poco a poco se fue ganando la
confianza del jefe hasta que logra convencerlo de sus habilidades con la cámara
y le da la confianza de ser fotógrafo. Así comienza Campos otra faceta de su
larga trayectoria, comienza a ser laboratorista de Giménez, se quedaba en el
estudio hasta la madrugada copiando fotos para los clientes del día siguiente
buscaban.
Más tarde dejaría a Giménez
y se uniría a Jaime Vargas como socio donde trabajaron y abrieron un negocio de
fotografía e Guanare hasta que un día paso algo que ha Campo no le gusto de
Vargas y concluyo su sociedad.
Estando en Guanare conoció
al fotógrafo de la gobernación Aponte al que se hizo amigo y este le ayudo para
que trabajara por contrato con este ente gubernamental.
El gobernador para ese
entonces Juan Pedro Del Moral lo contrato y lo hizo su fotógrafo de día a día,
viajo por todo el estado y hasta una exposición logro hacer de todas las
maravillas que el estado posee y que no eran conocidas, varios de esos trabajos
murales fotográficos aún reposan en las paredes de las diferentes direcciones
de la gobernación, el legado que Campos dejo para la posteridad.
El colega Josué Campos |
Al marcharse Del Moral,
Josué Campos fue contratado por el nuevo gobernante Asdrúbal Monsalve quien le
hablo claro de lo que se quería con su trabajo, cuando hubo cambio de gobierno
nuevamente ya en los años 70, ve la oportunidad única de ingresar en el
naciente periódico Ultima Hora que nace en 1973 y la sede se ubicaba cerca de
la avenida Las Lágrimas. Se apersona en las oficinas hace la solicitud y a la
semana ya estaba trabajando como reportero gráfico del primer diario de Portuguesa.
En esta nueva faceta de
Campos haría del reporterismo grafico su profesión definitiva, ya salía a la
calle a buscar noticias y a medida que pasaba el tiempo la experiencia se iba
acumulando y Josué se encamino y encariño con la fuente policial a la que hizo
suya por muchos años, claro está también hizo otras fuentes y trabajo con
grandes periodistas y destapo varias ollas como se dice en el argot
periodístico, a los casos que nadie quería tocar, como el que fue conocido como
el “Caso de los desaparecidos”, dos muchachos que fueron asesinados por PTJ y
lanzados a un rio y sus cuerpos aparecieron en el estado Apure, hasta allá fue
Campos y el periodista Carlos Hernández en busca de la noticia.
La leyenda del reporterismo gráfico Josué Campos |
Fueron muchas las noticias
que Campos con su pericia y dedicación fueron plasmadas en el primer diario de
Portuguesa, fueron muchos los premios que recibió, pero como él siempre me dijo
ya que compartimos por muchos años el mismo laboratorio, ese donde los
verdaderos reporteros gráficos comparten para exponer lo vivido en el día, ese
que nos enseñaba a ser más responsable
con las gráficas que se tomaban para no perjudicar a nadie, allí me
enseño muchas verdades de este trabajo. Allí en ese cuarto oscuro Campos era un
verdadero maestro del negativo, hacia maravilla y lograba inmejorables
fotografías. Fue por muchos años el reportero grafico que utilizaba el editor
para las ya conocidas Ediciones Especiales, Campos es un fotógrafo muy
meticuloso a la hora de hacer una toma, y en estos trabajos se necesitaba ese tipo
de trabajo y Campos calaba a la perfección en lo que se buscaba para la
edición.
Ya Josué Campos está en el
retiro de su hogar en La Goajira, donde comparte sus últimos años con su esposa
con la que ha luchado por muchos años. Rodeados de su otro amor, la pintura,
esa que en los momentos de nostalgia agarra su paleta y sus oleos y comienza
hacer trazaos de imaginación, uniendo colores, buscando la perfección de sus
colores y lograr lo que con un abrir y cerrar de su objetivo capta en un
segundo, una imagen, ya que la pintura es la primera fotografía que se conoció
en el mundo y donde los grandes investigadores del arte fotográfico se dieron
cuenta y comenzaron sus estudios para hacer la primera cámara y primeras
imágenes fotográficas.
Miguel Dinapoli hace entrega a Josué Campos Boton Klaus Oprescko |
Rafael Roldan, Josué Campos, Ediver Cantillo, Gerson Salvatiera y Mario Manzanares Directivos Seccional |
Pepe Roldan entrega carnet CRGV a Josué Campos |
La concejala Milagros Díaz impone la condecoración Ciudad de Acarigua a Josué Campos |
En amena conversa con Mario Manzanares y Pascual Figueroa Campos se refresca |
Josué Campos, José Musso, Francisco Manzanares y Pepe Roldan en la sede de la seccional |
Josué Campos vivirá en el
recuerdo de todos los que lo conocemos, su hablar fuerte, sin tapujos, ser el
amigo sincero que muchos necesitan en un momento de dificultad hacen de Josué
un hombre y un colega diferente, donde el este allí estará la sapiencia de un
hombre que nació y vivió para la fotografía.